De los Oscar a la calle Alcalá: así trabaja la sede madrileña del estudio de diseño que arrasa en medio mundo

Artífice del teatro Dolby de Hollywood, el rompedor estudio de diseño estadounidense Rockwell Group también firma hoteles, restaurantes y espectáculos por todo el planeta. Con una oficina en Madrid, nuestro país centra ahora gran parte de sus obras más potentes.

Se crió entre bambalinas, viendo a su madre, bailarina y coreógrafa de vodevil, saltar de escenario en escenario. Por eso, la vena artística de las obras del arquitecto David Rockwell (Chicago, 1956) es una constante, ya sean hoteles (W Hotels, Fairmont, The Edition…), restaurantes (Nobu, DineOut, Jaleo by José Andres en Las Vegas…), aeropuertos, espectáculos o el mismísimo teatro Dolby de los Oscar. Por eso también, este genio multidisciplinar ostenta tanto prestigiosos galardones de diseño a nivel internacional como un Premio Tony por el musical She loves me de Broadway.

A esta breve carta de presentación hay que añadir que preside uno de los estudios de arquitectura más rompedores y prolíficos del mundo, Rockwell Group, con sedes en Nueva York, Los Ángeles y Madrid. En esta última trabajan 31 de las 250 personas del equipo total. Y eso que arrancó con solo seis en 2005, poniendo en marcha proyectos de lo más dispar en Japón, India o China. Es ahora, sin embargo, cuando España centra la mayor atención con perlas como el Gran Hotel Inglés, el alojamiento más antiguo de la capital, o el Nobu de Barcelona.

Salvo excepciones como la reforma de la legendaria cúpula de The Westin Palace o el salón de baile del Teatro Real en Madrid, nunca habían tenido tanto trabajo en nuestro país. «Pero ahora no paramos», explica Eva Longoria (no, no tiene nada que ver con la actriz), alma mater de la oficina de la calle Alcalá, con fabulosas vistas del centro. De Sol a Cibeles. «No me digas que no es un lujo trabajar aquí», añade. Asentimos.

NUEVOS PROYECTOS
Longoria formó parte del estudio durante unas prácticas en Nueva York a finales de los 90. De vuelta a España, montó el suyo propio hasta que se enteró de que Rockwell estaba en su ciudad. «No me lo podía creer. Mi sueño era regresar con ellos», comenta mientras muestra las instalaciones, salpicadas de mesas corridas, collages,fotos a gran escala, ilustraciones, mapas y telas de mil texturas y colores de los proyectos en los que andan involucrados.

Desde la terraza hasta se alcanza a ver otro de ellos, el JW Marriott de la Plaza de Canalejas, aún en construcción. La exclusiva cadena ha elegido Madrid para aposentar el primer hotel en España de una de sus divisiones más top. «Hemos conservado elementos originales como las columnas del hall para que la vida gire en torno a ellas», relata Greg Keffer, socio y directivo del estudio, durante una visita a las obras. Con 139 habitaciones y dos plantas de suites, verá la luz tras el verano. El bar del vestíbulo, los muebles a medida y los colores neutros que aportan serenidad serán sus señas de identidad.

Nada que ver con el ambiente salvaje de otro de los vástagos de Rockwell, el club de lujo Jacqueline en Barcelona, que abrirá en unos días. Eso sí, que nadie espere un local al uso. Inspirado en la segunda esposa de Picasso (y en cuadros como Jacqueline con traje turco), aúna varios espacios teatrales y excesivos al 100%: el restaurante art nouveau, el dinner club con música en vivo «de rollo funky» (apunta Longoria), la barra japonesa y el Champagne Bar. Los terciopelos, las flores, los flecos y los cristales copan la decoración del lugar, que no deja indiferente. Y ojo que, aunque todavía está cerrado, las reservas están casi completas para las primeras semanas.

En Barcelona también han diseñado el hotel Nobu, propiedad de la cadena de Robert de Niro y el chef Nobu Matsuhisa. Su reto fue armonizar en un mismo edificio el minimalismo nipón, la idiosincrasia peruana y la esencia mediterránea de la Ciudad Condal. Y lo superaron con creces.

Más de lo mismo en el emblemático Gran Hotel Inglés madrileño, inaugurado en 1886. Punto de encuentro de aristócratas, escritores, políticos y estrellas de cine a principios del siglo pasado, Longoria y compañía lograron rescatar el glamour de antaño con un elegante estilo art déco. Pertenece a la red de alojamientos boutique con personalidad Hidden Away Hotels, al igual que el Seda Club de Granada, también concebido por Rockwell. Con solo 20 habitaciones y mucho encanto, será una realidad en 2023. Y la lista sigue creciendo.